El papel del corredor en la regulación de siniestros
Escrito por: José Bernardo de Medeiros - 09/09/2021
Sabemos que el mercado asegurador, muchas veces, es visto como un segmento conservador, complejo y burocrático. Las ‘letras pequeñas’, el ‘segurés’ y las dificultades en la recuperación de siniestros por los asegurados son factores que, sin duda, contribuyen en gran parte para esta reputación.
En contrapunto, la agenda de innovación, autonomía y desregulación liderada por la última gestión de la SUSEP comienza a ser sentida por las empresas y personas físicas. La virtualización, impuesta por la pandemia de covid-19, y la inversión en la mejoría de la experiencia del usuario, impulsada por la ascensión de las insurtechs, están creando un escenario de cercanía y transparencia entre aseguradoras y sus clientes finales.
¿Pero cómo está evolucionando el proceso de regulación de siniestros?
En este aspecto, ciertamente hay un gran espacio para mejoría en la interfaz entre aseguradoras, corredores y asegurados.
La ocurrencia de un siniestro, por si solo, ya es un hecho que genera estrés e incomodidad. Además de tratar con la mitigación de pérdidas y reparar los daños resultantes del siniestro, el asegurado también tiene que satisfacer demandas voluminosas y complejas que incluyen el proceso de regulación de un siniestro. Ante esta situación, es común que se sienta desamparado e inferior frente a la aseguradora, lo que el lleva naturalmente a una posición defensiva, cuando no tendiendo al litigio.
En este escenario complejo, el corredor tiene un papel fundamental para el éxito del proceso de regulación del siniestro. Cabe a él promover la ecualización de los conocimientos técnicos y procesales de regulación de siniestros, para mantener el flujo con la mayor velocidad y con menor desgaste posible entre las partes.
Siempre refuerzo: escape de los corredores que se muestran solícitos y capaces en el proceso de comercialización de pólizas de seguros y que desaparecen cuando ocurre un siniestro, los llamados “pasadores de papel”. Al contratar un corredor, certifíquese de su calificación en esta etapa tan importante del ciclo de vida de un contrato de seguro.
A fin de cuentas, el pago de siniestros es el momento de materialización de las promesas de un contrato de seguros, cuando es probada la calidad de la póliza en sus términos, condiciones y exclusiones. Es en este momento que muchas veces ‘lo barato sale caro’, cuando una póliza mal concebida se muestra ineficaz, o sea, un verdadero dolor de cabeza para los ejecutivos de las empresas responsables de seguros.
El apoyo de una corredora que ofrece un servicio de regulación de siniestros con excelencia maximiza las oportunidades de éxito y minimiza el riesgo de litigio entre asegurado y aseguradora – proceso moroso, oneroso y desgastante. Para esto es una condición imprescindible la existencia de un equipo de siniestros de la corredora con elevada capacidad técnica, de negocio y con reputación en el mercado.
Otro punto a ser considerado es la captura de lecciones aprendidas con el siniestro en regulación y la transferencia de los puntos de mejoría para las pólizas de seguros venideras, así como la incorporación de recomendaciones para evitar la recurrencia de nuevos siniestros. De esta forma son elevadas las oportunidades de éxito de las renovaciones futuras de la póliza siniestrada.
La próxima vez que busque una corredora intente entender la calidad de su equipo de siniestros, su reputación e historial de mercado. Recuerde: la regulación de un siniestro es un momento determinante para que aseguradoras y corredores demuestren su real valor, haciendo de hecho la diferencia para sus asegurados.