¿Cómo conectarse, realmente, con su equipo?
Escrito por: Fernanda Antonelli - 12/04/2021
Contar con líderes humanizados es uno de los principales retos de las empresas hoy en día y convertirse en uno de ellos, uno de los mayores retos de los líderes, sin duda. Puede parecer sencillo, pero hay que estar atento y abierto, dejar espacio para ello.
Ya sabemos que los líderes son fundamentales para la felicidad y satisfacción de sus seguidores, pero en tiempos de pandemia, la relación entre líder y seguidores adquiere un papel aún más relevante.
La reciente encuesta del Barómetro de la Confianza de Edelman muestra que la confianza en lo que dicen las empresas privadas nunca ha sido tan alta como ahora, y cuando hablamos de empresas, también hablamos de sus líderes, ¿verdad?
La encuesta, realizada entre octubre y noviembre de 2020 con miles de personas en 28 países, incluido Brasil, muestra que las empresas no sólo son la institución más confiable entre las cuatro estudiadas (empresas, gobierno, ONG y medios de comunicación), sino también la única considerada ética y competente, con un 61% de confianza.
Si la confianza depositada en las empresas y sus dirigentes es grande, también lo es el reto. Uno de los temas que más llaman la atención hoy en día es el de la salud mental de los trabajadores. En Brasil, que tiene el mayor índice de ansiedad del mundo según la OMS, los problemas de salud se disparan como principales fuentes de estrés e inseguridad psicológica.
Los datos de la investigación Mental Health in Focus, realizada por Vittude en colaboración con Opinion Box, con más de 2 mil trabajadores brasileños de diversos segmentos, muestran que el 41% de los participantes sienten, por ejemplo, un “miedo intenso a que alguien cercano se enferme o muera”.
En cuanto a la productividad, los problemas más citados como obstáculos durante la jornada laboral son la pérdida de concentración y enfoque (32%) y la pérdida de creatividad (22%). El diálogo entre líder y subordinado también es un punto de atención, ya que sólo el 33% se siente cómodo desahogándose con sus líderes directos.
El liderazgo humanizado en la práctica
Pero, ¿cómo ejercer un liderazgo humanizado y más participativo en este escenario de incertidumbre prolongada que vivimos hoy?
El primer punto es saber que estar presente en la vida de tus seguidores no es algo físico, sino conectar verdaderamente con el otro. Cuando esta conexión no se produce, el líder puede fracasar en integrar, motivar y marcar la diferencia no sólo en los resultados y el entorno de la empresa, sino también en la vida de los subordinados .
Otro aspecto importante es tener la madurez para pasar de una visión poco integradora (si es que la hay, claro) a una visión más centrada en el conjunto, en lo colectivo, reconociendo la diversidad, la colaboración y las infinitas posibilidades que se pueden perseguir.
Reforzar la apertura al diálogo puede considerarse algo sencillo y básico, pero cada vez está más claro que en realidad es fundamental para mantener un entorno humanizado. Además, el diálogo no debe limitarse a los temas profesionales. Hablar de desarrollo, de propósito, de conciliación de la rutina profesional y personal, de miedos e inseguridades, además de logros y superaciones, marcará sin duda la diferencia.
Por último, es necesario dar ejemplo de comportamientos saludables. Decirle a tu equipo cómo has afrontado este escenario en el que vivimos, sobre la hora del almuerzo utilizada el otro día para cocinar en familia o incluso tus estrategias para mantener momentos ligeros y cotidianos, puede ser decisivo para fomentar actitudes saludables en la rutina de los miembros de tu equipo.
Los líderes también deben tener cuidado
Pero hay que destacar un aspecto importante de todo esto: como agentes de difusión de la motivación, los líderes humanizados sólo podrán ofrecer lo mejor de sí mismos a sus equipos si están bien.
Así que prestar atención a su propia salud física y mental es el primer paso. Se trata de un acto de autorresponsabilidad, pero las empresas también pueden actuar en esta dirección y de forma proactiva, trabajando en colaboración con sus líderes y ofreciéndoles apoyo y herramientas que favorezcan su evolución.
Al fin y al cabo, más que nunca, la adaptabilidad y la inteligencia emocional son nuestros grandes aliados, como profesionales y ciudadanos, para encontrar soluciones que nos lleven en la dirección correcta.